Los planes de desarrollo urbano y ordenamiento territorial son instrumentos de planificación que establecen las directrices y estrategias para el crecimiento y la organización de un área geográfica específica, ya sea una ciudad, región o territorio. Estos planes buscan gestionar el uso del suelo, las infraestructuras, los servicios públicos y otros elementos clave del entorno urbano o territorial con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible y equitativo, por considerar aspectos espaciales, sociales y económicos, que hayan generado transformaciones positivas en el contexto urbano.
En esta categoría podrán inscribirse planes e instrumentos de desarrollo urbano, ordenamiento territorial y mecanismos de financiamiento del desarrollo.
Los Instrumentos de planeación y financiamiento deberán proporcionar certidumbre jurídica, precisar procesos de transparencia, incentivar inversiones para el desarrollo, involucrar a todos los actores, crear mecanismos para la transferencia de potencialidades, captación de plusvalías, polígonos de actuación, medición de impactos, y esquemas de evaluación y actualización, entre otros.
Los instrumentos de financiamiento podrán ser relativos al ordenamiento territorial, infraestructura, equipamiento y servicios urbanos, conservación y mantenimiento, movilidad y vivienda en las escalas nacional, regional, metropolitana, municipal o parcial.
Debe demostrarse que están en funcionamiento y en operación, y han sido debidamente aprobados por la instancia correspondiente.
Pueden incluirse Programas de Desarrollo Urbano (PDU) en sus diversas categorías, los cuales definen áreas habitacionales, comerciales, industriales y de servicios, así como las infraestructuras necesarias. También pueden inscribirse planes sectoriales en temas diversos como transporte, movilidad, zonificación, espacios públicos, centros históricos, zonas patrimoniales, conservación del medio ambiente, cambio climático y gestión de riesgos, entre otros.
Pueden inscribirse Programas de Ordenamiento Territorial (POT) enfocados tanto a las áreas urbanas como rurales. Su objetivo es ordenar y regular el uso del suelo en un territorio más extenso. También se contemplan planes sobre acción climática, de conservación de áreas naturales, de gestión de recursos hídricos, de protección del medio ambiente y de promoción del desarrollo económico equitativo, de movilidad, de espacios públicos, entre otros.